Papá y mamá enseñan a amar, de eso no hay duda.
Unos dicen que siguen casados por sus hijos, o que se mantienen juntos para que crezcan en familia pero su relación es silenciosa, se ignoran y pelean tras la puerta para que nadie lo note.
¡Cuántas relaciones de pareja se deterioran tras cerrar la puerta de la habitación!
Pues no es lo que aparentas frentes a tus hijos lo que les va a dar a la familia que necesitan para crecer y aprender a amar, sino cómo es que llevas esa relación con quien tú elegiste formar esa familia.
Ese pequeño, su hijo o hija, tiene parte de mamá y parte de papá en su ADN por tanto cuando papá y mamá no se llevan bien crea un desequilibrio en quien tiene de los dos…
Pensar que porque son chiquitos no se van a dar cuenta de que papá y mamá están enojados es como pensar que en una tina llena de agua calientita le pones un chorro de agua fría y no lo vas a sentir, quizá en el momento piensas que todo va a seguir igual pero el agua se va a enfriar y vas a sentir que ya te quieres salir de ese baño que estaba delicioso.
La edad de los niños es muy importante. Tener Hijos mal portados y conflictivos pesadilla familiar
En cuanto a lo que perciben cuando tenemos una buena relación de pareja porque son cosas que ellos sienten y ven que a veces a nosotros se nos olvida que sucede
De los 3 a 5 años, sienten contención, protección y cuidado de ambos padres, aprenden que se cuidan uno al otro y también perciben la confianza de recibir apoyo
De los 6 a los 12 años, aprenden el valor de generosidad, donde papa da y mamá también da a través de llevar a cabo sus roles, aprende reglas de convivencia, de aceptar al otro, de lucha diaria por mejorar, de compromiso, de esfuerzo. Se percatan del esfuerzo diario donde a pesar de no ser todo como les gusta, ahí continúan, aprenden tolerancia.
Y los adolescentes, se dan cuenta de la convivencia diaria, un hogar que pueden retornar como su base segura, ven un ejemplo de vida de aceptar consecuencias de las decisiones y que pueden tener opiniones distintas y aún así ser amadas y aceptados.
Pueden aprender a vivir el Ubuntu, que es una manera de vida donde importa todo lo que yo hago porque aporta a mi vida y a la de los demás.
El Ubuntu, regla ética mundial que surge en Sudáfrica, es cómo tener en una tinaja agua, está quieta hasta que llegas y la tocas, solo poner tu dedo sobre el agua se va a crear unas ondas que llegan a todos lados, así es lo que hacemos en nuestra familia y eso enseñamos cuando sabemos trabajar en equipo con nuestra pareja, cuando la amamos como es sin pretender cambiarla.
Cuando no sabemos y no reconocemos que lo que yo hago influye en la vida de quienes me rodean entonces tenemos el ejemplo de papá y mamá que se quieren cambiar constantemente y tenemos a los niños que perciben distintas cosas según su edad:
De los 3 a 5 años, sienten culpabilidad, abandono y falta de cuidados. Generan creencias erróneas de reconciliación, donde si papá lastima a mamá y mamá no hace nada o lo agrede más fuerte para defenderse entonces así funciona y se olvida que existe el respeto.
Luego no nos admiremos que ese peque piense que debe pegar para defenderse, en lugar de aprender a respetarse a sí mismo y que no permita ser agredido.
De 6 a 12 años, sienten fracaso, no saben distinguir el dolor que sienten de soledad, depresión e inseguridad y generan mucha culpabilidad
Aprenden que: “me peleo y la solución no es arreglar el problema sino alejarme y echarle la culpa al otro”
Y con los adolescentes, tienen un sentimiento de inseguridad, fracaso y son socialmente inestables.
Vulnerabilidad de todos los integrantes a ser dañados por otros que se habían prometido amarse. Hay discrepancia en formación.
No hay sentido de pertenencia, van de una idea a otra, a veces mamá tiene razón y cuando ellos quieren tener razón buscan a papá que está en “contra de lo que mamá piensa” y con seguridad lograrán lo que quieren.
Cuando no tenemos una relación sana entre mamá y papá damos un ejemplo de desamor, no perdón, valor por lo material, los deseos propios son lo importante aunque lastime a los demás, egocentrismo disfrazado de “amor propio”, falta de palabra y no afrontar consecuencias, se valora la mentira y lo importante es quien tiene la culpa, por lo que deja de haber responsables.
Pero por ejemplo cuando aprendo a gestionar lo que siento, enseño a que pueden tener libertad de elegir quien ser frente a otra persona y no depender de si hacen o no hacen algo para tu misma elegir ser agradecida, bondadosa o mostrar tu capacidad de amar.
Cuando reconoces que no estas de acuerdo a la regla que pone el papá pero que lo apoyas y dices: “en este momento lo vamos a hacer como dice tu papá” lo que enseñas es aceptación y congruencia,
puedo no pensar igual, ser diferente, pero podemos ver si da buen resultado su idea y respaldo a tu papá. ¡Hay congruencia!
Lo más importante es no dejar huecos incongruentes donde puedan escabullirse por ahí, un adolescente necesita un terreno de equilibrio y firmeza donde mantenerse en paz mientras vive el torbellino hormonal de su cuerpo, mientras crece.
Cuando pones atención a la relación de pareja das un ejemplo de ser un ser humano con cualidades y defectos, el error se convierte en oportunidad de mejorar donde todos aprenden.
En cambio cuando te relacionas de forma conflictiva o incluso eligen separarse del papá se educa a no ser, a que tienes que cambiar para ser aceptado o te alejan de su vida, a causar daño, es un espacio de abismo entre lo que quieres que tus hijos vivan con valores de respeto y amor pero lo que hacen es una difamación del otro, “como no cumplió, como no sabe hacer las cosas, como no tiene valores iguales a mi me deshago de esa persona”
Esto claro que escucharlo o leerlo no gusta a nadie pero es lo que se esconde y que es importante darse cuenta para entonces encontrar la motivación de hacer todo lo posible para transformar ese enojo, tristeza o descripción que se puede generar en la pareja por amor, entrega y Alegría
¿Cómo? Aprendiendo una manera distinta de expresar el amor y no es difícil pero si requiere de tu si
Hay estrategias sencillas que te enseñan a hacerlo como el comenzar a ver más belleza y menos torpezas en tu entorno, eligiendo hacerlo.
Hace años, cuando comenzó su relación lo que veían eran las cualidades de su pareja hoy pueden volver a ver sus cualidades en lugar de poner toda la atención en todo lo que se equivocan o tienen que mejorar, solo cambiar el enfoque a donde estás viendo va a cambiar la manera de relacionarse
Enseñar a los hijos a buscar el cómo si lograr lo que se anhela le va a dar más que enseñarle a marcar espacios donde los otros no cumplen las expectativas y deben alejarse
¿Cómo ves a tus hijos? Guapos, inteligentes, capaces de ser felices pues en ellos hay adn del papá que es igual a él
Cuando aceptas a su papá aceptas a tus hijos porque al final, el 50% de su adn pertenece a su papá.
A veces es difícil aceptar que un niño o niña que está teniendo problemas para socializar, para aprender lo escolarizado o de conductas personales viene como reflejo de la relación de mamá y papá pero en la medida que lo comprendamos y comencemos a aplicar antídotos a los malestares es que esas dificultades con los hijos se solucionarán de manera inmediata.
Cuando inviertes tiempo en la relación de pareja estás invirtiendo tiempo al bienestar familiar. ¡Mejora tu relación de pareja y tu familia se va a equilibrar!
NO pongas más pretextos, ya hablamos de tener citas románticas aunque sean padres ocupados, aquí te lo dejo.
Ahora también hay que poner atención a un tema fundamental y es saber marcar bien los límites para enseñar a elegir su propio Bien, porque si nada más nos dedicamos a decirles como ser, cuando ellos estén solos y tengan que autolimitarse para elegir su Bien, no van a saber cómo hacerlo.
La mejor forma de educar, siempre lo he dicho, si quieres educar sé congruente en quien eres y que lo que pidas lo sean tú. No le digas a tus hijos "cuida tu salud" y agarres un cigarrillo y lo enciendas, o no le digas autocontrolate para hablarme bien y tú le grites y pierdas el control. Por eso si quieres marcar límites, comiencen primero como pareja a hacerlo.
Una técnica efectiva para marcar límites claros en la relación de pareja sin coartar la libertad es la comunicación asertiva desde el respeto mutuo, que ayuda a construir una base sólida para la convivencia y el amor en familia. Aquí te explico cómo aplicarla en el contexto de una relación de pareja que enseña a los hijos a amar:
Técnica: Comunicación Asertiva y Acuerdos Respetuosos
Paso 1: Expresión clara y honesta de necesidades y sentimientos
Es crucial que ambos miembros de la pareja expresen lo que sienten y necesitan de manera honesta y sin acusaciones. Por ejemplo, en lugar de decir: "Nunca me ayudas con los niños", un enfoque asertivo sería: "Me siento agotada cuando me encargo yo sola de los niños, y necesito tu apoyo para que podamos estar mejor todos, ¿podrías ayudarme?". ¡Aprende a pedir lo que quieres sin culpar!
Paso 2: Reconocer y respetar las diferencias
Aunque mamá y papá puedan tener puntos de vista diferentes, es importante aprender a respetar esas diferencias sin intentar cambiar al otro. Un ejemplo podría ser: "Entiendo que tienes una forma distinta de abordar los problemas, pero me gustaría que lleguemos a un acuerdo en esto para que ambos estemos más tranquilos".
Paso 3: Establecer límites saludables y acordar cómo actuar juntos
Los límites saludables se basan en el respeto por uno mismo y por la pareja. Se trata de negociar acuerdos que beneficien a la relación y a la familia, sin que una de las partes sienta que está cediendo más que la otra. Una frase clave sería: "Podemos no estar de acuerdo en todo, pero podemos comprometernos a resolver nuestros desacuerdos de manera respetuosa, especialmente frente a los niños".
Aquí hay una técnica que puedes aprender que es LLEGAR A ACUERDOS BILATERALES.
Paso 4: Modelar el respeto y la empatía para los hijos
Al establecer y respetar los límites en la relación de pareja, se enseña a los hijos la importancia de la cooperación, la empatía y el respeto por los sentimientos del otro. Los hijos no solo observan lo que papá y mamá dicen, sino también cómo se tratan entre ellos. Mostrar apoyo mutuo en decisiones importantes, como: "En esta ocasión seguiremos lo que tu papá ha propuesto, y juntos evaluaremos cómo funciona", les enseña a los hijos a valorar la colaboración y la aceptación.
Paso 5: Agradecer y reconocer los esfuerzos del otro
Cambiar el enfoque para ver las cualidades de la pareja en lugar de sus fallas genera un entorno de gratitud. Esto no solo refuerza el vínculo entre los padres, sino que también crea un ejemplo positivo para los hijos. Un comentario simple como: "Aprecio lo mucho que trabajas para nuestra familia" puede marcar una gran diferencia en la dinámica familiar.
Además que expresiones como la anterior en lugar de la queja de "nunca estas en la casa porque trabajas" te dará un efecto distinto y el boomerang que lances será muy diferente.
Si no has leído sobre el efecto boomerang, date una vuelta por el artículo donde te lo explico a detalle.
La comunicación asertiva y el respeto mutuo permiten que ambos miembros de la pareja se expresen y se escuchen sin invalidar los sentimientos del otro, promoviendo así un entorno en el que los hijos aprenden a vivir con amor, comprensión y libertad para ser ellos mismos.
A veces pensamos que ese camino y tomar esa postura sería muy complicada o agotadora, sin embargo es más agotador vivir en una lucha constante frente a las resistencias, malos tratos, tener hijos mal portados y conflictivos puede ser una pesadilla familiar y además tolerar berrinches va a ser más caótico por no saber amar de una manera donde comprendemos y formamos un equipo con quienes nos rodean.
Esta semana, date la tarea de aplicar los 5 puntos o cuando menos de escuchar y aprender como hacer los acuerdos bilaterales y no lo dejes en teoría, comienza a practicarlo.
De corazón a corazón
