El sexo no se improvisa: se siente
- Karla Maldonado C
- 13 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 15 ago

¿Te ha pasado que estás con alguien que “hace todo bien”… pero tú no sientes nada?
Te pone velas, cambia de posiciones, te dice cosas lindas… pero no hay conexión.

Porque el sexo femenino no es un show técnico, es una experiencia emocional.
Y tú no eres un cuerpo que se activa con trucos: eres un alma que necesita sentirse vista.
El placer femenino depende en gran medida del sistema límbico, que responde a seguridad, emoción, presencia y vínculo.
Esto explica por qué puedes desconectarte incluso en relaciones comprometidas.
No es frialdad. Es falta de sincronía emocional.
Y si tú no guías con tus palabras, gestos o silencios, él seguirá intentando fórmulas, no te verá a ti.
Muchas mujeres no guían por una razón profunda: tienen heridas sexuales que no han sanado.
Ya sea abuso, vergüenza, experiencias incómodas o simplemente haber fingido muchas veces… O legados incómodos que se creyeron como el que el hombre siempre quiere sexo, como el que ellos son los que mandan o son quienes te satisfacen, o aún peor creencias que nos cosifican como seres humano donde los encuentros sólo son de procreación y la pasión es “mala”.
El cuerpo se acostumbra a resistir, no a disfrutar.
Y callan lo que desean porque les enseñaron a conformarse o a no incomodar. Porque las que tienen sexo y “no hacen el amor” son “mujeres corrientes” ¿Alguna vez lo escuchaste?
Estudiando la maestría, conocí a Carmen, una compañera, casada, madre de tres niños.
Ella me dijo: “Tener relaciones duele. Yo nunca he tenido un orgasmo. Siempre me enfoco en él. A mí me da pena decir lo que quiero”.
Y se topó conmigo… Así que en una buena plática como compañeras le propuse empezar a practicar pequeñas guías: decirle cuándo sí, cuándo no, qué ritmo, qué parte de su cuerpo.
Lo más hermoso fue cuando me escribió, varios meses después de terminar la maestría: “No fue magia… fue mi voz. Y hoy por primera vez sentí algo mío.”
Hay Dones en la mujer, femeninos que sanan:
Sensibilidad emocional: para percibir cuándo hay conexión
Lenguaje no verbal: para guiar sin hablar
Educación amorosa: para enseñar sin exigir
Sanar tu herida íntima no se trata de olvidar el pasado… sino de crear un presente que sí te represente. De conocer donde sí, donde no tanto y cuando es el mejor momento de ambos.
Y tú, ¿te das permiso de guiar lo que quieres sentir?
Si quieres comenzar con tu feminidad puedes iniciar con el taller gratuito de UN CAMINO DE AUTOESTIMA AQUÍ
De corazón a corazón
Karla Maldonado Cabieses




Comentarios