¡Ups! Ahora si que me metí de lleno a una religión, la católica porque es la que yo conozco un poquito y a la que pertenezco.
La que me gusta profesar y la que suelo llevar a la práctica, mi matrimonio está bendecido bajo la Iglesia católica como la de muchos otros matrimonios.
¡Ojo! Ni te quiero convencer a nada, ni meter ideas o adoctrinar; este artículo está dirigido a los matrimonios católicos que tantas veces olvidamos que al haber realizado un Matrimonio Sacramental (por la Iglesia) recibimos ciertos dones y Gracias Divinas que son de ayuda, pero si olvidamos que nos fueron dados de nada sirven.
Bueno, déjame contarte que en el camino del matrimonio católico, los cónyuges reciben dones sacramentales que fortalecen su unión y les otorgan una base espiritual sólida.
Estos dones, como la gracia sacramental, la unidad, la fidelidad y el amor mutuo, se convierten en faros y guía en los momentos de crisis, iluminando el camino hacia la reconciliación y el crecimiento; pero si ni sabemos que significan pues obvio ni serán una luz de un cerillo, que en poco tiempo se apaga.
Aquí hay algunas reflexiones sobre cómo hacer evidentes estas gracias (ayudas) en una relación de pareja durante tiempos difíciles y algunos conceptos que quizá ni sabían que solo por haber dicho si frente al altar les fueron dados.
¡Quizá descubras que por ahí está su solución!
Pero vamos paso a pasito para comprenderlo porque a veces quienes ya lo saben piensan que todos los entendemos y hay palabras “domingueras” que ni comprendemos y tienen muchos secretos que ayudan más de lo que imaginamos cuando se es consciente de que están en quienes nos casamos por la Iglesia católica.
Si te soy honesta y te cuento mi secreto, jejeje creo que yo me enteré de esto como 15 años después de casada, no recuerdo si en el prematrimonial me lo explicaron y no lo entendí o si ni atención le puse pensando que “era choro”… A veces a si les pasa a muchas parejas.
¿Porqué si creemos con tanta fuerza que la pareja nos puede llegar a fallar no tenemos una fe aún mayor que nos ayude a creer en lo que ya se nos dio como matrimonio?
Bueno vamos a lo importante, que Gracias Divinas (no son de la Tierra ni del cuerpo, son del y en el Espíritu) se nos dieron por decir si en el altar, porque no sólo se trata de decir promesas o una declaratoria; hacerlo de cara a Dios, sí tiene sus beneficios ¡eh!
1. Cultivar la Gracia Sacramental:
La gracia sacramental es un regalo divino que nutre el alma de los cónyuges.
Por medio de esta gracia se cumple totalmente la intención para lo cual fue instituido el Sacramento del Matrimonio por Dios.
Que por cierto, si no te acuerdas, el matrimonio fue instituido para amarse de forma conyugal, es decir cómo decía Edith Stein, para encontrar la manera en que el varón hace más mujer a la mujer y la mujer hace más varón al varón.
En palabras más sencillas, jejeje y no tan “domingueras” diría mi abuela, el matrimonio es un camino para que la mujer muestre cada día más sus dones desde la feminidad y el varón muestre sus dones y cualidades desde su masculinidad y ambos aprendan a aceptarse sin pretender cambiarse, aceptarnos como Dios nos hizo a cada uno.
Cuando esto lo logran es cuando su acción se vuelve una oración diaria que los eleva a ser Imagen de Quien nos creó, una Gracia Sacramental.
Aquí puedes conocer más sobre el corazón femenino
y el corazón masculino para comenzar a mostrarlo cada vez más.
2. Fortalecer la Unidad:
Cuando las tormentas amenazan con separar, es crucial recordar la unidad que el sacramento del matrimonio ha sellado. ¡Tienen la gracia de la UNIDAD!
¡Cuando se unen, crean vida! Y esto no solo es un bebé, esto también se aplica a crear la vida que quieren vivir.
Trabajar en equipo, buscar soluciones juntos y recordar los votos matrimoniales son prácticas que refuerzan esta unidad.
Que por cierto es muy bueno recordar que los votos fueron personales porque tú no le dijiste, prometo amarte y respetarte si tú también lo haces ¿o si? Tu promesa fue que tú prometías y en ningún momento lo condicionaste, tampoco tendrías que hacerlo ahora.
Si sientes que tu pareja es quien debería de hacer las cosas diferentes y de cambiar, es buen momento de instaurar el UBUNTU en tu familia, jejeje esa si que es una palabra dominguera, bueno es la ética sudafricana pero aquí te cuento cómo aplicarla y sus beneficios
La fuerza de la pareja radica en su capacidad para enfrentar desafíos como un frente unido y esa capacidad te fue dada gratis cuando dijeron si en el altar.
3. Mantener la Fidelidad:
La fidelidad es una piedra angular del matrimonio católico. En momentos difíciles, la honestidad y la transparencia son aún más cruciales. Comunicarse abierta y sinceramente, incluso sobre los aspectos más difíciles, construye confianza y fortalece el compromiso compartido de permanecer fieles en el amor y la adversidad.
Esta gracia solemos olvidar que nos fue dada y al olvidarlo caemos con gran facilidad.
Algo que hay que dejar muy claro aquí es que la infidelidad no es lo mismo que el adulterio.
El adulterio es ir con otra persona distinta al cónyuge y entregarse a ella en un encuentro sexual. Que por cierto, esta acción Jesús a los Cristianos nos dejó muy claro que hacer ante esa situación, pero a veces no alcanzamos a comprender su mensaje y lanzamos la primera pierda.
La infidelidad es atentar y fallar primero a las promesas que una misma se hace como persona y al hacer esto entonces dañamos profundamente a quien le prometimos algo.
A quienes dijimos si en el altar, Dios nos da la capacidad para elegir materializar esta gracia de sernos fieles pero si no la tomamos en cuenta podemos pensar que estamos solos y caer de forma más fácil en las tentaciones que nos muestra el mundo como es la crítica o juzgar si se equivoca o pudiera haberlo hecho mejor y entonces alejarnos de vernos como hemos sido creados Imagen dignas de Amor aún cometiendo errores por nuestro aprendizaje.
¿Alguna vez le has pedido ayuda para que te enseñe a amarlo cómo lo necesita?
4. Cultivar el Amor Mutuo:
El amor mutuo, puede manifestarse de maneras prácticas. Practicar la empatía, expresar gratitud y ofrecer actos de bondad en medio de la crisis refuerzan este amor.
¿Le has preguntado a tu pareja qué es lo que necesita y cómo espera que tú le ayudes? Recordar que el amor es una elección diaria puede ser un faro en la oscuridad.
Solemos decir que todo lo que hacemos es por nuestra pareja y damos lo que creemos que necesita, pero difícilmente nos detenemos a preguntarle cómo es lo que hace que se siente amado.
Casi siempre solemos amar como sabemos y eso no significa que la pareja se sienta amada.
A veces pensamos que el que no le falte comida o tenga la ropa que quiere va a hacer que se sienta amada, o que tener la casa limpia va a hacer que él se sienta amado cuando quizá para sentirse amado solo necesita ser recibido con un beso y un buen abrazo.
A veces solo se necesita un “gracias por tu esfuerzo de llegar a casa”.
El amor mutuo es una de las gracias que más podemos practicar pero se nos olvida por llenar nuestra agenda de responsabilidades y deberes y n lugar de llenarlas de momentos ideales y mágicos que nos ilusionen.
Es muy eficiente cultivar un amor incondicional y al mismo tiempo disfrutar de la libertad de tu vida dentro de tu relación de pareja, y aquí te cuento cómo comenzar a lograrlo
5. Formar una Familia Centrada en la Fe:
El matrimonio católico trasciende a la pareja, extendiéndose hacia la formación de una familia centrada en la fe. En tiempos difíciles, involucrar a la familia en la oración, el apoyo emocional y las actividades centradas en la fe crea un refugio espiritual que fortalece la unidad familiar.
A veces creemos que fe está en decir que creemos en algo pero si solo lo dejamos en creencia es como aquel cuento de princesas que nos decían de pequeñas de “felices para siempre” y vaya batacazo cuando vemos que no siempre estás feliz sino que hay ocasiones muy difíciles.
La fe va más allá de repetir lo que aprendimos o creemos, la fe es llevar a la práctica eso que vamos aprendiendo.
Cómo cuando decimos que lo ponemos en “Manos de Dios” pero ahí andamos diciendo cómo es que deberían de suceder las cosas y dejamos de admirarnos por lo que sucede.
A veces el amor de la pareja está en que venció en su misma un miedo, o que se atrevió a expresar como se siente aún sabiendo que puede ser rechazado.
Las gracias del matrimonio católico se vuelven evidentes y efectivas cuando se practican conscientemente en tiempos de crisis.
Al cultivar la gracia sacramental, fortalecer la unidad, mantener la fidelidad, cultivar el amor mutuo y formar una familia centrada en la fe, los cónyuges pueden enfrentar juntos los desafíos con la certeza de que su unión está arraigada en lo divino, resistente a las tormentas de la vida.
Si de verdad creyéramos que es Dios quien actúa a través de nuestro cónyuge para hablarnos de nuestra capacidad de amar, veríamos con otros ojos nuestra relación de pareja.
Esta vez si que me pasé con el tema, jejeje pero saber de esto a quienes gozamos de los privilegios que se nos dan al elegir casarnos por la Iglesia, puede ser que nos cambie la realidad, a mí si me la cambió.
A veces pensamos que una crisis es sinónimo de un final cuando quizá es solo la oportunidad para que muestres tus más grandes cualidades y capacidades que ya te fueron dadas.
De corazón a corazón, Karla Maldonado C